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EL SEGURO DE DESEMPLEO


Todo seguro es un instrumento que sirve para indemnizar al beneficiario del mismo, en caso de ocurrencia de alguno de los riesgos descritos en la póliza.  Para que exista un seguro debe haber un riesgo, y ese riesgo debe tener un factor de casualidad en su ocurrencia.  En pocas palabras no existen seguros sobre aquellas situaciones donde la casualidad no está presente.
El seguro de desempleo, en concepto de las empresas de seguros privadas, es aquel en el que, generalmente un trabajador toma, para protegerse en caso de que pierda su empleo por causas fortuitas, es decir, no lo cubrirá si se hace despedir a propósito. Con estos conceptos ya claros analicemos como funciona esta protección.   Las primas son el costo del seguro, estas las pagan los trabajadores que deseen tenerla.  La cobertura puede ser por escalas, generalmente temporales, es decir, se cubren equis número de meses, con un deducible (también temporal) que generalmente es entre 30 y 90 días, dependiendo del plan que escoja el trabajador.   La indemnización debe ser proporcional y acorde (generalmente) al sueldo percibido por el trabajador los últimos 24 meses y el tiempo de vigencia del beneficio puede extenderse hasta los 36 meses.   Aquí anoto una aclaración indispensable, el costo es directamente proporcional también a la edad del trabajador, al tiempo que tenga laborando en la empresa, a las labores que desempeña (por ejemplo, si es mano de obra especializada o no).
Existen otros factores que se toman en consideración, son los circunstanciales / sociales, como la tasa de desempleo vigente, y oferta laboral inmediata y en el corto y mediano plazo, sin estos factores en la evaluación no podría establecerse una operación de seguros en este ramo (desempleo).
Pero lo que va a determinar de modo absoluto la viabilidad o no de esta protección es el número de asegurados que sufraguen primas suficientes para hacer, en primer lugar, reservas para siniestros futuros, y solventar los pagos de los siniestros inmediatos.  Si no existe este factor, conocido como factor universal aportante, en un número y cantidad suficiente, no puede existir y menos sobrevivir el proyecto.


En la seguridad social hay que hacer dos distinciones, una cosa es la cesantía y su fondo emergente, que no es otra cosa que un fondo que se crea para uso del trabajador en el caso de que quede sin empleo o cesante, y que es pagado en un solo acto, y otra, completamente distinta el seguro de desempleo.   El primero es una indemnización por lucro cesante del trabajador, que es indemnizado por la institución social en un solo pago, con dinero de sus propios fondos, creados y alimentados a lo largo de su vida laboral aportante, lo segundo, es un pago que se programa en forma cíclica con escalas que son, generalmente, elaboradas en base a las expectativas y objetivos, políticos y sociales de las instituciones a cargo del programa.

Lo que está por suceder con el seguro de desempleo liderado por el  IESS es que, (y en vista que  no tiene primas que recaudar y una gran masa que forma su universo)  se tomaran los fondos previsionales de los aportes al fondo de cesantía, para convertirlos en “primas corrientes” y elaborar una cobertura “Claims Made”, [que significa para pagar siniestros que ya existen], en vista que los dos factores determinantes en este caso, alto índice de desempleo formal, y una proyección a plazo inmediato de gran incremento en la tasa de desempleo,  lo convierte en  inviable, y  producirá una pérdida de los fondos de cesantía de los trabajadores, restará liquidez al Instituto de Seguridad Social y no paliará en nada la situación de empleo en el país, que es el propósito político y social principal.  Se deben buscar otras soluciones, que sean técnicamente viables y sustentables en el tiempo, y no usar parche que luce más político que técnico, para salir de un hueco y caer luego en un abismo.  Hasta el próximo post,  ED GZB

Crédito fotos: Google images 


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