Hace 15 años, cuando la explotación camaronera estaba en auge en el golfo de Guayaquil comenzaron a darse los primeros casos de piratería. Esta consistía en canoas o "fibras" equipadas con motor fuera de borda, varios bandidos equipados con armas de fuego, especialmente con escopetas recortadas, buen espacio para trasladar las kabetas de camarón y mucha sangre fría. A partir de estos eventos que se tornaron crónicos en esa época, la Armada Nacional tomó cartas en el asunto, y, con el concurso del sector camaronero del sector se dotó a la Marina de lanchas rápidas para que pudieran desarrollar patrullas en la zona. Hoy estas embarcaciones entendemos que están descartadas por ser demasiado costosa su operación y mantenimiento.
La frecuencia de los delitos disminuyó, aunque no en la medida que se esperaba. Hago este ejercicio previo, para indicar que la consecuencia que sufrió el sector acuacultor fue inmediata: subieron sideralmente los costos de sus seguros de transporte interno. Para ser exactos en un 630%. Se empezó a usar custodias para los envíos marítimos y luego los terrestres, luego las aseguradoras pusieron una consideración mas; todos los embarques deberían ser durante el día, esto es desde las 5.30 AM, hasta las 6.30 PM, o mientras dure la luz solar, (esto se denominó transporte en horario solar).
Los últimos asaltos cuyas noticias nos traen los medios de comunicación, dan cuenta de piratas, pero esta vez un poco mas audaces. El modo de asalto es bastante parecido a lo que operan en el Golfo de Adén, en las costas de Somalia. Los piratas se acercan al barco fondeado en el sector de "cuarentena", y con cabos y ganchos suben a bordo respaldados por compañeros fuertemente armados en distintas embarcaciones. Roban lo que quieren a bordo, no hay la menor resistencia, para luego partir en los mismos botes rumbo a la oscuridad y al intrincado manglar que los rodea. Los manglares han sido desde siempre grandes aliados de los piratas, están llenos de pequeños esteros todos cubiertos por espesa vegetación que provee del mejor camuflaje a los bandidos. Se tienen noticias que son algunos asaltos los que se han cometido y no hay ningún detenido. El tema va por que los daños de las mercaderías vienen asegurados por las compañias importadoras, quienes sufren la perdida parcial de lo que importan con perjuicios grandes. Las aseguradoras tomarán como es justo esperarse sus medidas, y subirán los costos de los seguros de transporte de importación.
Sin embargo nos aprestamos quizá a ver algo mas difícil y peligroso, el secuestro de naves de carga, el secuestro de contenedores de carga específica, y visto que las estadísticas indican que los barcos atacados son en mayoría portacontenedores. La historia de los piratas del Golfo de Adén comenzó exactamente como se está desarrollando la actual situación en nuestro entorno marítimo. Es preciso entonces prevenir que ocurran peores cosas. La APG, la Marina Mercante, las navieras y la Marina tienen la palabra ahora.
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